martes, 16 de octubre de 2018

Hoy hace exactamente dos años de este posteo... Estaba ilustrado con una fotografia de Bea, la arquera, que fue removida por las "normas comunitarias" de Facebook.
No importa, sigue en mi memoria.
"Hoy hace exactamente un año me practicaban una mastectomía por un diagnóstico de cáncer de mama. Dudé mucho en escribirlo así, con todas las letras. En este año compartí algunos posteos que, para los amigos que sabían, eran guiños que daban cuenta de cómo venían los días. Quizá porque uno entiende que debe preservarse o que debe preservar a los propios no lo escribí claramente. Pero quienes se han cruzado conmigo saben que no he tenido ningún pudor en compartirlo.
Hoy, siento que mi teta, la que me falta, la que hemos (mis médicos y yo) reconstruido, puede ser casi, casi, un hecho político, al menos para mi, y un hecho del lenguaje. Medio en broma, medio en serio, empecé hace unos días a decir esto entre mis amigos. Mi teta, y las otras tetas que faltan, hablan de prevención, de presencia o ausencia del Estado, porque la diferencia entre la vida y la muerte a veces sólo tiene que ver con los recursos, económicos claro. Habla de muertes de demasiadas mujeres vulnerables. Mi teta habla de la necesaria calidad de imagen en un diagnóstico, de médicos formados, de médicos humanos, de la necesidad de asistencia psicológica. Nuestras tetas hablan de la posibilidad que tienen las mujeres mastectomizadas de reconstruir su mama de manera gratuita, porque desde el 2013 es ley que así lo hagan los efectores públicos, las obras sociales y las prepagas. Ya no es una cuestión "estética". Nuestras “no-tetas” hablan de cosas públicas. Nuestras tetas militan.
Y es un hecho del lenguaje también porque la palabra cáncer tiene un peso simbólico muy fuerte, de esos que pueden llegar a ahogar y que estaría bueno –porque el lenguaje no es inocente para quien habla pero tampoco para quien escucha- poder alivianarlo a fuerza de más palabras…sacarle peso, hacerlo vulnerable, menos categórico, y a la par de ello empoderarnos.
En esta convicción escribo: mi “no-teta” tiene un sentido, que no se agota en mí.
Por las tremendas mujeres que quiero y pasaron y pasan por lo mismo: Olga –la mamá del Negro- Fabi, Fina, Sandrita, Graciela, Analia, la negra Eugenia… Por las que amo entrañablemente y no quiero que pasen por lo mismo. Por mis amigas, que en su mayoría tienen cobertura médica y por eso, la obligación de controlarse. Por las que no tienen cobertura y tienen que madrugar y esperar para sacar un turno en un hospital o dispensario público. Para las que no conocen el trabajo de Lalcec, por las que nunca en su puta vida se hicieron un control y transitan indolentes la desidia, por la amiga que ayer me contaba, sacó un turno para otra amiga, la cargó en el auto, la llevó de prepo al médico (si, de vos, rubia linda y desorejada escribo…) y hoy se ríen juntas de ese gesto de amor y cuidado…
Porque literalmente hay que poner el pecho. Para curarse, de una forma más contundente. Pero para prevenir sólo basta con tocarse. Esta no es sólo la historia de mi teta. Somos muchísimas mujeres con este diagnóstico, más de las que imaginamos. Algo pasa, pero el cáncer de mamas hoy tiene altas expectativas de sobrevida. Quizá no podemos prevenir cuándo nuestras células empiezan a enloquecer, pero sí podemos ayudar a un diagnóstico temprano. A mí y a mis amigas ese diagnóstico precoz nos ha salvado –entre otras cosas también, claro-. Con los costos que transitó cada una, pero vivas. La enfermedad tiene un sentido y en afrontarlo vamos sanando.
Apenas diagnosticada, María, mi hija -quién, si no- me acercó la leyenda de las amazonas, contándome que la palabra viene de a-maxon (sin pecho), porque, me dijo, las guerreras se extirpaban el seno derecho para poder tensar mejor el arco. Que en eso les iba la supervivencia. -A vos también, mamá, me dijo. En eso nos va la supervivencia también a muchas de nosotras.
Antes Octubre era un álbum de los Redondos, el dia de la madre, el folklore peronista, la llegada de Colón, hoy octubre también es el mes de la concientización del cáncer de mamas. Y acá estamos, mi no-teta y yo para ponerle el pecho.
PD: los agradecimientos que debo algún dia irán en un capitulo aparte. Son muchos.
La foto era de Toni Balanzà - Fotografía y la bellísima arquera Beatriz Mico Perez .. sugiero googlearla para verla completa...

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