martes, 16 de octubre de 2018

Me dirá usted
que la vida nunca ofrece garantías
que los márgenes de error
que las estadísticas.
Yo anudaré la garganta 
para obligarme a digerirlo despacito,
para volver a convencerme
que puedo convivir con la incerteza.
Y usted me mirará –yo ahogada-
ensayará algún consuelo
y entenderé que también es su trabajo
esto de andar atacando certidumbres.
Quizá maldiga por lo bajo
pero renunciaré a las pretendidas inmunidades que quería
y afrontaré azares, contingencias, accidentes.
Usted me mirará confiado.
Y yo volveré a entender.
Será la vida.
(para mis médicos, mis terapeutas, mis buenos amigos, para los saberes en los que confío)

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